CUATERNARIO
Durante el millón de años del Pleistoceno y Reciente se desarrollaron en Venezuela sucesivamente diversas terrazas marginales ocasionalmente bien preservadas en algunas de las costas, pero en muchos casos ausentes, total o parcialmente, por efectos de la erosión. Durante el Pleistoceno los mares oscilaron notablemente y depositaron terrazas marinas escalonadas. Al mismo tiempo se desarrollaron terrazas continentales sierra adentro.
Royo y Gómez (1956, Léxico Estratigráfico de Venezuela) describió en detalle lo conocido para la fecha. Los estudios posteriores de faunas fósiles del Plioceno-Pleistoceno y Reciente han permitido definir mejor los límites de edad.
Las capas pleistocenas más antiguas conocidas hasta el momento, cuya sedimentación probablemente comenzó en el Plioceno, son continentales (Formación Mesa), y cubren gran parte de Venezuela Oriental, extendiéndose hasta Trinidad (Formación Cedros). Estos sedimentos presentan formas características de mesas con topes planos y pendientes escarpadas, típicas en los llanos de Anzoátegui y Monagas.
Las terrazas cuaternarias de Los Andes, atribuidas a la actividad flavio-glacial, presentan características geomorfológicas, estructurales y petrológicas que discrepan notablemente de las asociadas usualmente a las glaciaciones. Tricart y Milles-Lacroix (1963) describen varios niveles de estas terrazas: en primer lugar, un depósito aluvional antiguo, compuesto de arcillas y arenas con estratificación de tipo deltáico y lacustre, poco material grueso y diseminado y lixiviación avanzada, características de relleno de valles intramontanos de clima húmedo, representado en la Mesa de Lagunillas, en el valle del Chama. Por encima se desarrollan terrazas sucesivamente más jóvenes, constituidas por aluviones más gruesos, heterogéneos y mal escogidos, pero que muestran estratificación local, sugestiva de sedimentación periódica de flujos de barro, cargados de peñones, desde las laderas hasta los valles. Todas estas últimas terrazas han sufrido inclinación y fallamiento de intensidad cada vez menos, en bloques sucesivos.
Existen restos de dos glaciaciones pleistocenas en Venezuela, la segunda de las cuales, muy compleja, puede dividirse en dos fases principales, correlativas con las existentes en Colombia y el resto de Los Andes. La distribución del gran número de lagunas (más de 300) originadas por la glaciación indica que ésta fue más intensa en las vertientes septentrionales que en las meridionales de Los Andes. Es interesante destacar que aparentemente el hombre americano no apareció hasta después de la última glaciación.
Durante el Pleistoceno la cuenca del río Orinoco emergió lentamente hasta convertirse en tierra firme, con la retirada del mar. Las extensas llanuras venezolanas se desarrollaron con el aporte de sedimentos terrígenos provenientes de Los Andes y del Sistema Montañoso del Caribe. En el Pleistoceno los grandes lagos formados a fines del Mioceno o durante el Plioceno comenzaron a desecarse; algunos (Lago de Valencia, algunos lagos andinos) quedaron represados tectónicamente y permanecen activos, pero otros fueron extinguidos, como los del Tuy, Guarenas-Guatire, Nirgua, etc. El Lago de Valencia es una depresión y las lagunas marginales o costeras más jóvenes (Tacarigua, Unare y Píritu) son albuferas, en proceso actual de desaparición por relleno con sedimentos terrígenos y arenas marinas, para formar llanuras costeras.
Geomorfológicamente las costas de Venezuela pueden dividirse en varios sectores:
(1) El del Golfo de Venezuela a Golfo Triste: Dentro de este tramo, en las villas del Lago de Maracaibo afloran capas de ambiente lacustre atribuidas al Plio-Pleistoceno (Formación El Milagro). Los sedimentos marinos del Pleistoceno afloran muy localmente; aparecen sedimentos marinos consolidados con abundantes capas de Ostrea expuestos en la costa norte de Falcón (Capas de Casa Ventura) y en la línea de mareas entre Boca Ricoa y Punta Gavilán afloran capas en forma de cordón litoral que posiblemente hayan sido un arrecife marginal en el Pleistoceno.
(2) Golfo Triste a Cabo Codera: En este tramo se reconocen sedimentos pleistocenos (formaciones Playa Grande, Mare y Abisinia) expuestos en las costas del Distrito Federal y Estado Miranda.
(3) Cabo Codera a Puerto La Cruz (Depresión de Unare): Este tramo está en proceso actual de levantamiento lento con tendencia a la desaparición de las albuferas (lagunas de Tacarigua, Unare y Píritu). En la isla de La Tortuga, unos 40 kilómetros mar afuera frente a este tramo, afloran sedimentos (Formación La Tortuga) que representan los mejores exponentes del Pleistoceno en Venezuela. Cerca de la costa afloran capas continentales (Formación Mamporal y Capas de Caucagua) atribuidas al Pleistoceno. Cuenca adentro la sedimentación marina da lugar paulatinamente a sedimentos lacustrinos (medio y alto Tuy) que rellenaron los valles desde el Mioceno hasta el Plio-Pleistoceno, formando espesas acumulaciones de margas, arcillas y conglomerados, que actualmente constituyen el fondo de los valles del Tuy, Guarenas-Guatire, Aragua y Nirgua, etc. En las márgenes y fondo del Lago de Valencia, naturalmente represado, se presentan los sedimentos más jóvenes de esta sección. El Lago mismo está en proceso de desecamiento.
(4) Puerto La Cruz a Cumaná: Esta es una cosa típica de sumersión en que los escarpados son abruptos y los sedimentos afloran directamente care al mar.
(5) Cumaná-península de Paria: Estas son costas bruscas, constituidas por rocas metamórficas del Mesozoico. En estas regiones se reconocen sedimentos pleistocenos en la parte más alta de los cerros de Caigüire (capas del Castillo de San Antonio), fuertemente discordantes sobre la Formación Cumaná. El Pleistoceno más joven está representado por terrazas marinas delgadas locales (terrazas de Araya; Capas del Castilo de Araya) tanto en tierra firme como en las islas de Margarita, Coche y Cubagua.
(6) Golfo de Paria-Delta del Orinoco: Estas son costas bajas y cenagosas con terrazas pleistocenas locales que contienen faunas marinas muy influenciadas por la baja salinidad de los mares (Formación Paria).